martes, 30 de noviembre de 2010

El Elegido (Katherine Astorga)

El Elegido
Théophile Gautier, es un escritor francés, defensor del romanticismo, y se
destaca por sus narraciones cortas, entre las cuales está
el año 1836, este relato me llama la atención, en cómo a partir de lo natural ocurre la
vacilación tanto en el personaje y el lector y esto entendido como lo moral y lo habitual
en Gautier.
La muerte enamorada, escrita en
La muerte enamorada,
la realidad y el sueño se confunden, y donde la vida y la muerte se entrelazan,
diluyéndose la delgada frontera que, en ocasiones, las separa. Para mi esta es una de
las obras que más evidencia el estilo y el arte de Gautier. En ella el día y la noche, lo
real y la ilusión, lo grotesco y lo sutil, la seducción y la repugnancia, plasmadas en un
tono enigmático y atrayente, propio del autor, se funden de manera imperceptible para
engendrar la confusión del protagonista y lo sublime de la belleza en la mujer.
Todorov, establece que este relato pertenece a la literatura fantástica, al
subgénero maravilloso, ya que se vislumbran algunos acontecimientos inexplicables,
puesto que este cuento tiene todo un universo ficticio que está basado en una mujer
muerta, que dejó de existir y su presencia queda perpetuada a partir de representaciones
artísticas, de alucinaciones por parte del protagonista. Estas representaciones son focos
conductores para la primera impresión que es causa del amor delirante, en el que cae el
personaje, que a su vez, no sabe si lo que vive es real o sólo es producto de su
imaginación.
A mi parecer ésta es, pues, una novela corta en la que un anciano sacerdote
relata su única experiencia con el amor, que vivió en su juventud y que le fue ofrecida
por un espectro de la noche, por un «ángel o demonio», dotado de las más excelsas
emanaciones de sensualidad, ternura y belleza.
experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales, frente a un
acontecimiento aparentemente sobrenatural”
Literatura Fantástica, PREMIA editora de libros, México 12 D .F., Primera edición
1980, Traducción Silvia Delpy, P 14).
Creo, que la cita de Todorov se ve reflejado en las siguientes líneas del relato
“¡Ah, qué hermosa era! Cuando los más grandes pintores, persiguiendo en el cielo la
belleza ideal, trajeron a la tierra el divino retrato de la Madonna, ni siquiera
vislumbraron esta fabulosa realidad. Ni los versos del poeta ni la paleta del pintor
pueden dar idea.
vislumbra, en las primeras páginas, como su imaginación lo lleva a escuchar voces. Por
otro lado, también se entrevé, como el sacerdote queda prendado a la mujer, quien le
lanza una mirada tan hipnótica, que hace escuchar a Romualdo su súplica, para no llevar
a cabo su ordenación, y para que sea suyo, pero éste se demuestra incapaz, pese a todos
sus esfuerzos de realizar su propósito y cumple con los pormenores del sacramento.
Percibo que la vacilación, la experimenta el protagonista a medida de que su
imaginación se cuela constantemente en la narración del cuento, da rienda suelta a ésta a
través de la descripción de diversos elementos, y en la medida que iba leyendo la obra,
no sabía si Romualdo estaba soñando o estaba en la realidad de su parroquia.
es un delicioso relato al más puro estilo romántico donde“Lo fantástico es la vacilación(Tzvetan Todorov, Introducción a la:” (Théophile Gautier, La muerte enamorada, 1836, p2). Ya se
“Al franquear el umbral una mano se apoderó bruscamente de la mía, ¡una
mano de mujer! Jamás había tocado otra. Era fría como la piel de una serpiente y me
dejó una huella ardiente como la marca de un hierro al rojo vivo. Era ella. -¡Infeliz,
infeliz! ¿Qué has hecho?- me susurró. Luego desapareció entre la multitud
Gautier
hecho, y aquí hay otro indicio inexplicable, puesto que ¿por qué la mujer le reprocha al
sacerdote, siendo que él no la conocía? la información que me está dando el autor, me
deja con ésta interrogante, puesto que en las primeras páginas nunca se menciona que
estos dos personajes se conocen, Gautier trata de confundirme en la lectura, para
desviarme de la trama.
Pero indudablemente me doy cuenta de la fascinación de la mujer por sacarle en
cara algo, que todavía no se da a demostrar, y no se sabe, por ende, esto es algo extraño,
ya que, corteja a un hombre santo, creyente, lo seduce, pero al mismo tiempo le
reprocha su traición y me inquieta aún más, puesto que como ya mencioné, ninguno de
estos personajes se conocía.
Todorov:
de las dos soluciones posibles: o bien se trata de una ilusión de los sentidos o de un
producto de imaginación, y las leyes del mundo siguen siendo lo que son, o bien el
acontecimiento que se produjo realmente, es parte integrante de la realidad, y entonces
esta realidad está regida por las leyes que desconocemos. O bien el diablo es una
ilusión, un ser imaginario, o bien existe realmente, como los demás seres, con la
diferencia de que rara vez se lo encuentra”
Literatura Fantástica, P 14).
Deduzco, que el protagonista, anonadado por la belleza de la mujer, y cautivado
por sus encantos, cae profundamente enamorado de ésta, y a mi parecer, ya se
vislumbran los acontecimientos por los sucesos cada vez más inexplicables y, a su vez,
creo que el amor hace dudar cada vez más al sacerdote de su vocación, puesto que su
único deseo es poseer, sea como sea, a esta sensual mujer, que le colma no tan sólo el
sueño, sino, también lo hace dudar de la vida que lleva, puesto que, la ve en todas
partes, pero no sabe si es producto de su imaginación o de verdad la ve.
” (Théophile, p4). Al terminar la misa, la mujer misteriosa lo aborda y le reprocha lo que ha“El que percibe el acontecimiento de lo fantástico, debe optar por una, (Tzvetan Todorov, Introducción a la
“Una tarde, paseando por mi jardín entre los caminos bordeados de boj, me
pareció ver a través de los arbustos una silueta de mujer que seguía todos mis
movimientos, y vi brillar entre las hojas dos pupilas verde mar; pero era sólo una
ilusión, pues al pasar al otro lado encontré la huella de un pie tan pequeño que parecía
de un niño. El jardín estaba rodeado por murallas muy altas, inspeccioné todos los
recodos y rincones y no había nadie. Jamás puede explicarme este hecho, que no fue
nada comparado con las cosas extrañas que me había de suceder
” (Théophile Gautier,
p7).
Es indudable como en el momento que Romualdo cree muerta a su amada y en
un acto tan sutil, besa los labios de ésta, nunca imaginando ni por un momento, que por
sorpresa, le respondería aquél beso y anunciándole a Romualdo deja indudablemente
entrever lo natural con lo fantástico, porque ella estaba muerta y el contacto de los
labios del sacerdote la reviven, como si nunca hubiera pasado nada, me parece que el
calor de la sangre y el deseo casi desesperado que tiene el protagonista hacen
resucitarla, y es incuestionable que el amor que él siente por ella, lo dejarán aún más
con interrogantes.
“A partir de ese día, la mujer empieza a aparecer en sus sueños. Esos sueños
tienen, por otra parte, una propiedad extraña: en lugar de formarse a partir de las
impresiones de la jornada, constituyen un relato continuo”
Creo que Clarimonda lo eligió por su pureza y por el amor tan grande que sentía éste
hacia Dios, ya que de entre tantos hombres lo prefirió a él, puesto que éste demostraba
todo su amor, fidelidad y devoción a Dios.
Pienso, que es en esta situación, en la que vive el protagonista, se da a demostrar
que tanto Romualdo, al narrar su historia, vacila, como también lo hago yo, quien no
sé, si lo que vivió este sacerdote fue verdad, o no, ya que en los sueños éste vivía en
Venecia, en medio de la factuocidad de fiestas y de su amada, y al mismo tiempo
advierte que ésta se mantiene viva gracias a su sangre, de la cual se alimenta durante la
noche y al despertar sigue viviendo su vida como sacerdote en su parroquia.
Me parece que, la confusión de la existencia de Romualdo, entre lo real y la
ilusión lo arrastran prácticamente a la locura, hasta el punto de no saber si es un
generoso sacerdote que cada noche sueña con ser un galán fatuo, un joven libertino,
señor de la más hermosa y sensual mujer o si, por el contrario, es el joven que se
entrega a los placeres y que fantasea que es un mortificado sacerdote.
Fundo que hasta este momento, todos los eventos pueden tener una explicación
lógica, racional, establecida en gran parte por el sueño, pero también por las
alucinaciones de los sentidos. Y en gran parte el último suceso maravilloso, a mi
parecer es cuando al final se da cuenta que lo que le decía Sérapion era verdad, el hecho
de que Clarimonda yacía en una tumba y al abrirla, ésta estaba en ella con una gota de
sangre, y Sérapion al rociarla con agua bendita, se convirtió en polvo y no fue más que
ceniza y huesos medio calcinados.
Establezco, que en el momento que iba leyendo el relato de terror de Gautier, me
produjo vacilación y satisfactoriamente se cumple lo planteado al principio de este
ensayo puesto que, como en Romualdo surgió la vacilación por medio de los distintos
acontecimientos naturales y como éstos se iban desencadenado en los diferentes hechos
y en mi sucedió exactamente lo mismo, ya que en gran parte de la historia Romualdo
sólo está soñando.
. (Tzvetan Todorov, P28).

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