martes, 30 de noviembre de 2010

El gato negro: Desafortunado destino de una mente enferma (Makarena Carreño)

Me sentí entonces más miserable que todas las miserias humanas. ¡Pensar que una bestia, cuyo semejante había yo destruido desdeñosamente, una bestia era capaz de producir tan insoportable angustia en un hombre creado a imagen y semejanza de Dios!” (E.A Poe, El gato negro, pág.5)     


El relato perteneciente al escritor  norteamericano Edgar Allan Poe, nacido en Boston en 1809, nos muestra como una mente enferma producto de un vicio tan común como el alcoholismo llega a cometer las fechorías más reprochables sin explicación  alguna.
El personaje narra los hechos en primera persona sobre los motivos que lo llevaron a estar en una celda, privado de libertad y a punto de morir.

“No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido. Pero no intentaré explicarlos. Si para mí han sido horribles, para otros resultarán menos espantosos que barrocos.” (E.A Poe, el gato negro, pág. 1)

Todo lo sucedido a este hombre, en un comienzo apacible y muy amigo de los animales, es producto de su adicción por el alcohol. Dos son los motivos que llevan al personaje a convertirse en un ser irritable y agresivo: la locura y la adicción, sobre las cuales me explayaré a lo largo de este ensayo.
Producto de la locura, desarrolló un estado de paranoia lo que lo llevó a estar llenos de manías y aires de grandeza. De esta manera se explica el repentino odio que desencadenó en el asesinato de su antes amado gato Plutón. (extraído de: http://www.monografias.com/trabajos10/allan/allan2.shtml, Maribel González Campos, pág. 3,26/10/2010)
Plutón fue su fiel amigo desde los primeros años de matrimonio, pero poco a poco y sin darse cuenta, sus constates muestras de afecto comenzaron a irritar a su amo. Este gato tenia características muy particulares ya que su pelaje era totalmente negro, lo que despertaba los sentimientos supersticiosos de la esposa de nuestro protagonista, ya que creía en la  antigua creencia popular de que todos los gatos negros son brujas metamorfoseadas.(E.A. Poe, pág.1). En este punto cabe destacar que Plutón es  el nombre que recibe el dios de los infiernos, hijo de Saturno (Cronos) y de Rea, hermana de Júpiter (Zeus) y de Neptuno (Poseidón). (Diccionario enciclopédico universal siglo XXI, pág. 792, Ediciones Saavedra, año 2001) por lo que este felino se encuentra totalmente ligado al desafortunado destino de su amo.
Es el propio personaje es quien cuenta los motivos casi desquiciados que tuvo para ahorcar a su gato, simplemente lo ahorcó porque recordaba que le había querido y porque estaba seguro de que no le había dado motivo alguno. Sabía que, al hacerlo, cometía un pecado, un pecado mortal que comprometería su alma. (E.A. Poe, pág.3). Esa misma noche otro hecho provocó aun mas desgracia en la vida de este hombre que se hallaba atormentado por las secuelas del alcoholismo del que se encontraba preso. Un incendio destruyó su casa, y en la única pared que quedó en pie se podía ver la silueta de un gato con una soga al cuello.  Comienza entonces la búsqueda de un reemplazante para el gato, pero no por sentir remordimiento, sino por un sentimiento al que ni narrador puede darle nombre (E.A. Poe, pág.3). Es así como aparece un segundo gato en escena con características similares al anterior pero con una diferencia, este gato tenía una mancha blanca que recorría su cuerpo. No bastó de mucho tiempo para que el nuevo animal despertara la antipatía de su amo, su sola presencia le disgustaba y fatigaba.

” Gradualmente, el sentimiento de disgusto y fatiga creció hasta alcanzar la amargura del odio. Evitaba encontrarme con el animal; un resto de vergüenza y el recuerdo de mi crueldad de antaño me vedaban maltratarlo. Durante algunas semanas me abstuve de pegarle o de hacerlo víctima de cualquier violencia; pero gradualmente -muy gradualmente- llegué a mirarlo con inexpresable odio y a huir en silencio de su detestable presencia, como si fuera una emanación de la peste.” (E.A Poe, pág.4) 

Una vez más se hace presente la demencia  sádica; que se deriva de una severa adicción que afecta a este hombre (http://es.wikipedia.org/wiki/El_gato_negro , 26/10/2010). No soporta ver como un simple gato es capaz de intimidarlo sólo con constantes muestras afecto, tales como  pasearse entre sus piernas buscando una caricia. El hombre llega a sentir temor por el animal, lo que aumenta en él los deseos de aniquilarlo para demostrar su superioridad.
“Me sentí entonces más miserable que todas las miserias humanas. ¡Pensar que una bestia, cuyo semejante había yo destruido desdeñosamente, una bestia era capaz de producir tan insoportable angustia en un hombre creado a imagen y semejanza de Dios!” (E.A Poe, pág.5)         
            Bastó que el gato se cruzara entre las piernas del hombre mientras bajaba, en compañía de su esposa, la escalera que se dirigía al sótano, para despertar la furia más intensa, que terminó con la muerte de su mujer al enterrarle el hacha en la cabeza producto de que ella quiso evitar que matara al gato con la misma herramienta. (E.A Poe, pág.6)
            Nuevamente vemos los claros indicios de locura presentes en el protagonista, quien en un arranque de furia, y queriendo asesinar al gato, termina accidentalmente con la vida de su esposa, a quien esconde entre una pared del sótano. Pero a pesar de este hecho se encontraba feliz, ya que el gato, producto del susto de la escena desapareció por algunos días.
“Pasaron el segundo y el tercer día y mi atormentador no volvía. Una vez más respiré como un hombre libre. ¡Aterrado, el monstruo había huido de casa para siempre! ¡Ya no volvería a contemplarlo! Gozaba de una suprema felicidad, y la culpa de mi negra acción me preocupaba muy poco. Se practicaron algunas averiguaciones, a las que no me costó mucho responder. Incluso hubo una perquisición en la casa; pero, naturalmente, no se descubrió nada. Mi tranquilidad futura me parecía asegurada.” (E.A Poe, pág.6)

Finalmente, esta serie de sucesos termina con la aparición del cadáver de su esposa producto de que mientras los policías revisaban el sótano, un extraño ruido provino de una pared, en la que encontraron el cadáver y sobre él la figura del gato con los ojos envueltos en llama.              
Nada de lo expuesto anteriormente corresponde a hechos sobrenaturales, simplemente la adicción y posterior locura de nuestro personaje, además de sus marcados aires de grandeza, que lo hacían creerse un ser muy superior a los felinos, desencadenan en esta serie de incidentes. Poe a lo largo de su relato quiere que el lector centre su atención en los símbolos supersticiosos que se hacen presentes, tal es el caso de la presencia de dos gatos negros y además de que uno de ellos posee el nombre del dios del infierno (Plutón).Pero sólo basta dar una mirada más a fondo para descubrir que todo sucede porque el hombre crea situaciones macabras producto de su demencia.

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