martes, 30 de noviembre de 2010

Islas Nuevas, Yolanda y la Maternidad (Silvia Palna S.)

En la trayectoria de María Luisa Bombal se deja entre ver su genialidad y su sublime mano a la hora de escribir, también se evidencia su inclinación por describir mujeres en la mayoría de  sus relatos, sin embargo, estas mujeres tienen características tan singulares que hacen que estos personajes cobren vida propia tal como lo hace Ana María, en “La Amortajada”, la historia, aunque inverosímil, causa en el lector una extraña sensación de realidad, la narración que hace la autora del lugar transportan a la situación aquí descrita, esta mujer que en su tumba recuerda a cada una de las personas que la visitan, se involucra de tal forma en sus recuerdos que hace posible que al lector no le sea difícil hacerlo de igual manera, así también en “La Ultima Niebla”  la protagonista tiene singulares peculiaridades: tales como la inseguridad, el abandono, la incertidumbre que la llevan a abstraerse de su tormentosa vida centrando sus atenciones en un hombre que cree que existe, la trama acá es más familiar para las mujeres reales, que se ven más fielmente reflejadas en el retrato que hace María Luisa Bombal de féminas descuidadas y relegadas a tareas domésticas que esperan  ansiosas las atenciones de sus maridos, por otra parte se encuentra María Griselda,  su historia conmueve al lector dado que su exacerbada belleza hace de su vida un tormento, también este relato puede resultar irracional, no obstante, la protagonista describe tan bien su desdicha que hace creíble su pesar :
Siempre, siempre había sido así, decía. Desde muy niña hubo se sufrir por causa de esa belleza. Sus hermanas no la querían, y sus padres, como para compensar a sus hermanas toda la belleza que le habían entregado a ella, dedicaron siempre a éstas su cariño y su fervor. En cuanto a ella, nadie la miró jamás. Y nadie podía ser feliz a su lado. (Bombal, p.14, 2005).
Pero las peculiaridades de los personajes de María Luisa Bombal no llegan solo aquí, una de sus excelentísimas obras es “Las Islas Nuevas”, la descripción de las islas y su vegetación lleva al lector a trasportarse a un entorno similar al de la Era Primaria, con una vegetación exuberante y fauna sorprendente, sin embargo no me referiré a estos detalles que no dejan de manifestar el magnífico talento de la autora, me enfocaré en un personaje de esta obra: Yolanda. Esta mujer llena de enigmas se transforma en el eje de la trama, cautivando con sus singulares características: como sus extraños sueños, “el horroroso y dulce secreto de su hombro” (p. 169, 2005), y sobre todo esta espectacular condición que la describe como una mujer que no envejece. El relato está plasmado de magia, no obstante éste último punto es sin lugar a dudas lo que más llama la atención, el hecho que esta extraña mujer de sin iguales características no envejezca ha causado más de alguna interrogante, pero me remitiré solo a las posibles respuestas.
Se puede extraer del texto que la eterna juventud de Yolanda está intrínsecamente ligada con una necesidad imperante en ella de seguir siendo mujer, de no perder la esencia o rasgo definitorio de todo fémina, que es sin duda el ser madre, el envejecimiento implica la pérdida de esta posibilidad,  y por lo tanto de alguna forma u otra no ser una mujer completa, sin embargo, a pesar de su extraordinario “don” no logra culminar el proceso. El tema de la maternidad en las obras de Bombal ha sido recurrente, Ana María en “La Amortajada” durante su relato narra un episodio donde sufre un aborto, lo que se contradice con lo que le ocurre a Yolanda, mientras ella espera esta posibilidad, Ana María la desecha dejándose llevar por los prejuicios de la época (como Lucia Guerra hace referencia en Bombal, p.14,2005), no obstante, no hay que ir tan lejos para llegar a un punto de consenso nuevamente, amabas mujeres se presentan como entes incompletos, con tareas por cumplir, sueños, expectativas que se quedaron en el camino, en Ana María por ejemplo la ata al pasado un amor inconcluso, y obviamente el aborto de un hijo, mientras que a Yolanda un amor correspondido que a pesar de su belleza y juventud no logra concretar por razones que no se especifican en el relato, pero que no es difícil deducir, ella consciente de lo que padece no quiere verse inmiscuida con personas a las que podría hacer sufrir con su condición, lo que para las mujeres reales y aun actuales es una bendición, como la eterna juventud y la belleza, para los personajes de María Luisa Bombal son una verdadera tortura, todas estas características implican que una mujer no se pueda desarrollar como persona, están sujetas a vivir eternamente con los roles asignados y las tareas destinadas tanto por la sociedad como por ellas mismas, mujeres que temen tomar el rumbo de sus propias vidas, mujeres sometidas bajo el yugo de maridos ausentes, que no las consideran en lo mas mínimo y las obligan a padecer sus pesares en el silencio y en el anonimato. Todas estas características anteriormente descritas son las causantes de que Yolanda ansié completar su femineidad, solo el ser madre le daría una esperanza: el volcar su vida en otra criatura que por lo menos por algún tiempo necesitará de su protección.
En “La Historia de María Griselda” la protagonista también cree encontrar en la maternidad la solución a sus problemas:
 No se acuerda bien en qué términos había empezado entonces a quejarse, María Griselda, de su belleza como de una enfermedad, como de una tara… “¡Un hijo! ¡Si pudiera tener un hijo! ¡Tal vez al verla materialmente ligada a él por un hijo, el espíritu de Alberto lograría descansar confiado!...” (p. 135, 2005).
A pesar que Yolanda no explicita en sus intervenciones el deseo de ser madre, se puede inferir que la causa de su eterna juventud es no perder lo que define a toda mujer: no importa que los tiempos cambien, y las mujeres igualemos en todo al hombre, que obtengamos derechos y el reconocimiento de que tenemos las mismas capacidades, si el rasgo que mejor nos describe o  nos define es: La Maternidad.

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