martes, 30 de noviembre de 2010

Nos han dado la tierra (Claudia Figueroa Orrego)

Una de sus mejores obras “El llano en llamas” contiene 17 de los mejores
cuentos escritos sobre el sur de México, mostrando la realidad de esa extensa
región, su pobreza, marginalidad y desigualdades sociales.
¿Es este cuento una crítica a la sociedad del mundo, no solamente a
la mexicana, poniendo de manifiesto sus desigualdades y mostrando
abiertamente el sufrimiento y malestar del pueblo campesino?
queríamos lo que estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde
están esos árboles llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No
este duro pellejo de vaca que se llama Llano.
Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar
con nosotros
Américas, 1968, pág. 13)
Rulfo, desde su niñez logró analizar en profundidad y desenmarañar la
verdadera naturaleza de la gente oriunda de la zona donde se desarrolla su
historia.
El poder descriptivo que empela, logrando crear ese ambiente casi real,
envuelve al lector y consigue recrearnos tal como es el lugar, con descripciones
acabadas y realistas, da la impresión casi inmediata de estar en medio de
ese enorme llano, sufriendo con los campesinos y ansiando tener el derecho
a reclamar por algo que no está bien. Pone en el centro de la atención el
sufrimiento y el engaño del gobierno hacia ellos y manifiesta su descontento y
desagrado hacia estas injusticias sociales.
Nosotros paramos la jeta para decir que el llano no lo queríamos. Que.” (Rulfo, El llano en llamas: Pedro Paramo. Ed. Casa de las
“-No se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos.
-Es que el llano, señor delegado...
-Son miles y miles de yuntas.
-Pero no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua.”(Rulfo. Pág.13),
Al tratar de manifestar su desaprobación con las tierras que les fueron
asignadas, el delegado prácticamente se burla de ellos, haciéndoles notar que
tienen una amplia extensión de terreno para sembrar, pero no escucha cuando
ellos le intentan explicar que en ese inmenso llano no hay agua para regar sus
cultivos, y que prácticamente esa es tierra muerta, infértil.
Se intenta, mediante este relato, mostrar la desesperanza del hombre, la
soledad y desesperación del hombre campesino que, Rulfo relaciona con la
descripción del paisaje desolado, aunque si bien sólo habla de la realidad
mexicana, se podría relacionar con el descontento y la realidad del mundo
entero.
El hombre del campo vive inmerso en la tristeza y el abandono, hasta el día
de hoy, ya que no tiene voz propia para reclamar por sus derechos. Se les
expropian sus tierras, el gobierno no emplea los suficientes recursos para
auxiliarlo, dependen casi exclusivamente de sus bolsillos y del clima, que al ser
cambiante y escurridizo, muchas veces se arruinan sus cosechas y con ello los
sueños que se tenían.
Su relato nos muestra personajes que son ficticios, pero a las ves se sabe
que existen, ese campesino que le tocó el pedazo de tierra más abandonado
e inhóspito existe, ese delegado incapaz de conmoverse con las injusticias,
existe, son seres reales con sentimiento arraigados al alma humana que
sabemos y lo vemos en la cotidianeidad, que existen. Porque Rulfo no
solamente nos deleita con un magnifico cuento, si no también nos devela,
mediante su gran ojo crítico y perspicaz, los arquetipos universales de
la pobreza que, mediante su gran poder narrativo, logra crear imágenes
inolvidables:
“Vuelvo hacia todos lados y miro el llano. Tanta y tamaña tierra para nada. Se
le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo unas
cuantas lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y
luego que sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita de una
piedra. Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para
enfriarnos del sol, eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de tapetate
para que la sembráramos”. (Rulfo, pág.13)
La cruda realidad que Rulfo nos enseña nos hace pensar en las grandes
desigualdades e injusticas que día a día se puede observar, pero sólo para
un ojo crítico como el suyo hace posible llevarla a la escritura y mostrarnos
de forma tan desgarradora y realista, la necesidad del hombre de subsistir
mediante cualquier medio y disponiendo de los recursos que se tengan ya que
el hombre es por naturaleza un ser luchador aun cuando en algunos casos
cualquier tipo de lucha resulta inútil, porque el adversario tiene más poder, y
con tan sólo un dedo lo puede aplastar.
Y de ahí viene el conformismo inaguantable del pueblo campesino,
conformismo que a fuerza de lucha y sufrimiento se fue forjando sin siquiera
planearlo, ya que todo tiene su límite, hasta la paciencia del pueblo rural.
Resulta triste el saber que sucede y sucederá siempre, esta lucha del hombre
contra el poder económico, contra la pobreza y el hambre, una lucha que se
hace interminable y causa tantas muertes y pesares.
La tragedia humana siempre tendrá un lugar en la escritura de Rulfo, ya que es
innato en él hablar de éstos temas y gracias a su gran visión humanista intenta
aportar con en grano de arena en este desierto de verdades que ya nadie
quiere oír, pero siempre existirá ese receptor dispuesto a escuchar los crudos y
reales mensajes que personas como Rulfo, intentan con toda franqueza reflejar
en sus relatos para con esto intentar defender de alguna forma a las personas
más vulnerables de esta inhóspita y aprovechadora sociedad.

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